miércoles, 8 de julio de 2020

"El amor no sabe de tiempo - parte II"

Continuando con esta historia http://profugosdepromesas.blogspot.com.ar/2012/12/el-amor-no-sabe-de-tiempos.html aca va la segunda parte.


Luego de aquel día en que Yael se despertó llorando entendió que se había vuelto a enamorar. Él se llamaba Martín, tenía 26 años, era alto, flaco, de pelo color castaño, ni oscuro ni claro, lacio, ojos medios verdosos, eran realmente muy raros, como su corte de pelo. Simplemente hermoso para ella.


Habían pasado a penas tres semanas de aquel día que se conocieron en el bar. Esa noche después de estar todos tomando, Irina y Javier propusieron seguir la diversión en la casona donde los tres vivían ahora. Hacia allí se dirigieron. Siguieron tomando y para que no conduzca hasta su casa Martín, Yael lo invito a que se quede a dormir. Durmieron juntos. Solo durmieron. Abrazados. A la mañana siguiente ella se despertó lo vio durmiendo a su lado y la imagen de los ojos y de la boca de su ex novio vinieron a la mente. Eran muy parecidos a los de Martín.
Se levanto, fue hasta la cocina y puso la pava. Preparó unas tostadas, agarro una bandeja y cuando estaba por salir de la cocina un brazo con una flor en la mano la detuvo. Y ahí estaba él, sonriendo, simplemente sonriendo. Tomó la bandeja, Yael tomó la flor y fueron al living. Él dejo la bandeja en la mesita ratona, fue hasta la biblioteca, comenzó a ver los cds y eligió uno,  - ¿Puedo? – dijo- Yael asintió con la cabeza. Martín eligió el tema número dos, se sentó junto a ella, puso play con el control remoto y susurrándole dulcemente al odio dijo: “Por fin te encontré”. Se hizo una pausa enorme, por lo menos así lo sintió Martín, el tema de Ismael Serrano sonaba y Yael no respondía nada, hasta que de ella broto la voz más dulce que él jamás había escuchado -Te encontré por fin, vagando por las dunas del pasado, y sacie mi sed, bebí del breve hueco de tus manos, tanto te espere, la mirada de un niño tu me diste, la luz de un verano que había olvidado. – cantó. Y se besaron.
 

Eran las 6:00 am pero necesitaba hablar con Martín. Antes tomo un vaso de agua para calmarse. Confesarle que ella también se había enamorado de él no era fácil pero necesario. La noche anterior ellos habían salido a cenar y Martín le propuso viajar juntos para ver a los padres de él. Ella no sabía qué decir, estaba confundida, no quería apresurar nada entre ellos y simplemente le dijo que lo quería pensar. Era un gran paso y no sabía si estaba preparada. Él le pidió que al día siguiente le diera una respuesta porque si la respuesta era “No” él ya se había enamorado de ella y necesitaba decidir cuál era el siguiente paso a dar, es decir, hacia adelante o al costado.
Martín atendió dormido, preocupado y le pregunto si le había pasado algo que llamaba tan temprano un domingo. Yael le dijo que no, que estaba bien, más que bien, que necesitaba decirle, contarle, confesarle algo. El relato comenzó así: “Hoy cuando me desperté Martín no entendía qué me pasaba, estaba llorando, sentía que algo me faltaba. Mire el otro lado de la cama y estaba vacío. Vos me faltas. No sé cómo se dice esto…quiero ir con vos a ver a tus papás. ¿Esta bien? Creo que vos entendes lo que intento decirte. Lo del paso a dar y todo eso…” Martín no hablaba, Yael se estaba poniendo nerviosa y recordó esa primer mañana juntos. Sintió lo que él sentía cada vez que ella callaba y no decía lo que sentía. Insistió: “¡Martín! ¿Estas ahí? Decime algo, no sé, aunque sea un ‘bueno, esta bien’ pero hablame.” Martín por fin hablo –Eso quiere decir que vos estas e……, dale, completa la frase vos Yael. – le dijo. – Bueno sí, estoy enamorada de vos Martín, ahí lo dije, sabes que me cuesta decir lo que siento. ¿Podes venir a mi casa ahora y abrazarme fuerte y saber que no te perdí? Por favor Martín, qué más necesitas que te diga. –
A los quince minutos Martín estaba estacionando el auto en la puerta de la casa de Yael. Ella estaba en la puerta esperándolo, en pijama todavía. Él se acerco y la abrazo cómo ella le había pedido por teléfono. También estaba en pijama y con las pantuflas que ella le había regalado puestas. Entraron y era tan temprano que se acostaron nuevamente. Yael apoyo la cabeza en el pecho de Martín y él simplemente le acaricio el cabello hasta que los dos se quedaron dormidos.


Al fin de semana siguiente finalmente fueron y conocieron a la familia Amador, es decir a la familia de Martín. Pero esa, esa es otra parte de esta historia.

Tatiana Aimé Michelena

jueves, 14 de febrero de 2013

Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

Regalo

La vida es un regalo, y todo lo bueno (y hasta, a veces, lo malo) es un regalo.
Cada consejo, cada mirada, cada instante, cada abrazo, cada beso, cada reto, cada person, cada caricia, cada amor, cada paseo, cada trabajo, cada lugar, cada momento, en fin...cada día es un regalo. VOS sos un regalo. Y muchas veces uno no merece (o cree no merecer) cada uno de los regalos que lo rodean, que lo acompañan, que lo ayudan, que lo quieren. Por eso hay que ser agradecidos con los regalos. Porque no deberían existir y sin embargo ahí estan; porque no deberían ser tan buenos y así lo son.
Porque buscamos la perfección aunque sabemos que no existe, y no existe el regalo perfecto, pero empiezo a pensar que el regalo de tenerte en mi vida se asemeja demasiado a lo que todos buscan y no logran encontrar.

Tatiana Aimé Michelena

jueves, 10 de enero de 2013


Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

"El amor no sabe de tiempos"

La idea de la siguiente historia es continuarla.Veremos hasta dónde vuela mi imaginación y hasta donde llega mi inspiración. Espero que la disfruten.


Nunca entendió por qué la había traicionado, pero a medida que fue pasando el tiempo entendió que había sido lo correcto. No negaba que verlo o cruzarlo por la ciudad no era difícil pero el dolor tenía su fin.

Ella es una muchacha joven. Con apenas veinticinco años sobre su cuerpo y algunos fracasos amorosos encima. Vive. Sí, es feliz. Aunque no lo crean, cuando llega el invierno y puede disfrutar del aire frío chocar contra su cara, o sentir la nariz helada o las mejillas cortándose como papel deseosas de un buen beso de esos que traspasan la piel cuando vienen acompañados de un gran abrazo en medio de la noche fría, donde la cama es inmensa y solo el calor de dos cuerpos que se aman pueden calentarla. De esa forma ella es feliz. Por supuesto también tiene muchas otras cosas simples que llenan de felicidad su vida. Una buena taza de café con chocolate preparado por su hermano menor, o unos buenos mates con pastelitos de su madre.

Quejarse no puede; recuerda una infancia feliz. Llena de amor. Única mujer entre tantos primos y hermanos varones. Siempre se sintió especial, y lo es.

Yael Bimer Torrales estaba dispuesta a dejarlo todo por la persona que amaba. No era de esas que amara a medias. Jamás; tenía muchos amigos, pero solo dos en los cuales depositaba toda su confianza. Ellos tres comenzaban a vivir juntos; por primera vez serian completamente dueños de su hogar, pondrían sus propias reglas y serian unas vacaciones en las cuales la fecha de regreso no estaba fijada. Bueno, sí, por lo menos dos años que era lo que les duraba el contrato de alquiles de la vieja casona.

Si bien Yael era feliz, porque como dije le sobraban los motivos, su novio la había dejado. Siete meses y se había terminado todo. Le dolía. No pensaba si era poco tiempo o mucho. El amor no sabe de tiempos. Uno se enamora y eso pasa sin que se pueda medir. Y Yael se había enamorado del hombre incorrecto. Comprometido con una mujer a punto de casarse y de novio con ella. Por lo menos había tenido la valentía de finalizar la relación “a tiempo”. Entonces, teniendo en cuenta estos sucesos, era el mejor momento para comenzar a vivir con sus dos más preciados amigos. Necesitaba su espacio, propio, para entender, para llorar y no tener que esconderse para que su familia no se preocupase.

Es de esas personas que ama lo que hace; siempre había días difíciles en el trabajo pero los sobrellevaba con un poco de música “para viejas”, como solían llamarle sus compañeros de trabajo a las canciones de Ismael Serrano.

La lectura es su mayor placer y cuando un hombre rompía su corazón volvía a leer algunos de los libros de los que tanto disfrutaba. Jane Austen estaba en el primer puesto, Stephenie Meyer en el segundo y Darcy y Edward se disputaban el primer puesto en la lista de galanes con los que soñaba.




Yael un día se despertó y no reconoció su nueva habitación. Extraña se sentía. Algo le faltaba. Sin sentido las lágrimas comenzaron a derramarse, corrían rápido por las mejillas. Se las tocó y sintió lo que sucedía. Sí, estaba llorando y no lo comprendía. ¿Qué le pasaba?


Días atrás había salido con sus amigos. El dolor por aquel hombre no existía. El se lo perdía. Ella no se iba a perder nada, iba a vivir. Tenía solo 25 años y años de juventud le quedaban.

Allí en el bar, se sentaron y pidieron unas cervezas. Comieron maníes, papas y pochochos salados. Era un bar estilo irlandés. Pasaban buena música inglesa de la que disfrutaban con Irina y Javier.

El mozo se acerco y les sirvió otra cerveza. Cada vez que venía a retirar algo el mozo se miraba fijamente con su amiga Irina, por lo que pensó que quizás era un regalo de la casa para su amiga, ya que ellos no habían pedido nada más para tomar.

-No, te equivocaste de mesa – dijo Irina – nosotros no pedimos nada más. A lo que el mozo contesto –Aquel muchacho, el de la camisa bordó es el que la manda.- Yael levanto la vista, busco la camisa bordo y lo vio. Sonrió y levanto el pulgar, intentando agradecer el gesto. Él agarro una servilleta, sacó una lapicera de su morral y comenzó a escribir. Llamo al mozo y le entrego el mensaje. Irina lo recibió y decía “Siempre me gustó el pelo corto” y seguido había un celular. Claramente era para Yael, ya que ella no tenía pelo corto, todo lo contrario, una larga cabellera rubia con ondas en las puntas. Pero su amiga sí, tenía el pelo corto, castaño oscuro, ojos marrones, pestañas muy largas y mirada penetrante. De estatura normal; flaca y con curvas, pero nada prominente. Siempre vestía muy casual y muy simple. Le gustaba combinar tramas y colores. Así estuviera triste se obligaba a usar colores alegres porque consideraba que eso la hacía sentir mejor, influía en sus amigos porque transmitían energía positiva esos colores y esa energía le era devuelta a ella, como un efecto rebote. Un ciclo hermoso que pocos entendían y llegaban a decirle que estaba loca por lo que pensaba. A ella le funcionaba, lo que los demás decían poco le importaba.

Irina le entrego el papel a su amiga. Yael no entendía por qué aquel muchacho se había fijado en ella. Miro a sus amigos con los ojos bien grandes por la sorpresa y riendo de los nervios. Javier le guiñó un ojo a su amiga, agarro otra servilleta, le pidió al mozo su lapicera y escribió “¿Te unís a tomar algo con nosotros?”

Tatiana Aimé Michelena


martes, 25 de diciembre de 2012

Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

El País que veo

Sinceramente hoy ya me canse de leer o escuchar cosas como “Esos negros de mierda que cobran planes están saqueando y robando…” Y entonces me puse a pensar, porque si tenes dos dedos de frente pensas, usas las neuronas, y reflexionas un poco y dejas de decir idioteces (perdonen si soy agresiva pero ya estoy bastante cansada). Lo que pensaba es ¿realmente son “esos negros de mierda que cobran planes” los que están saqueando o robando supermercados y diversos locales en distintas partes del país? Verdaderamente creo que NO. El único fin de todo esto es querer mostrar como débil a un gobierno, que como siempre digo, tiene los ovarios bien puestos, y toda la gente que cobra “los planes” esta beneficiada con este Gobierno, entonces, ¿van a querer que se vayan realmente y por eso hacen todo esto? Que tal vez están los vagos de siempre, seguro, pero “esos planes” de los que tanto te quejas, o de las notebook que se dan, o de las asignaciones universales por hijo, o llámese como se llame eso que te molesta tanto, lo único que quieren es generar igualdad. ¿Sabes por qué? Porque duramente muchos años los poderosos de este país hicieron lo que quisieron, que fue llenarse los bolsillos, a costa de miles y millones de argentinos que se empobrecían cada vez más, se quedaban sin trabajo, se privatizaban las empresas, se perdía todo tipo de producción nacional porque todo lo que se producía acá te decían que era una porquería y vos querías lo importado, entonces no podían competir porque nadie ayudaba a que crezca la Industria Nacional; en fin…pasaban miles de cosas y nadie veía que los hijos de toda esa gente que iba empobreciéndose y quedándose sin oportunidades de un futuro próspero hoy en día son esos adultos que tuvieron hijos también y que iban a seguir el mismo camino de sus padres. ¿Pero sabes otra cosa? Hubo un Hombre que vino y no quiso que más gente se vaya del país porque no había oportunidades, quiso justicia social y que esos chicos, esas nuevas generaciones el día de mañana tengan oportunidades y no se sientan marginados porque algunos tienen mucho y otros, ellos, poco o nada. Y muchos otros que tal vez sus padres habían tenido la oportunidad de recibir educación a pesar de todo lo que sucedía y con demasiado esfuerzo y sacrificio dieron hasta lo que no tenían para que sean algo el día de mañana, agradecieron que ese hombre devolviera la esperanza a un pueblo y empezaron a seguirlo. Y así esos jóvenes empezaron a militar, a sentir que las cosas podían cambiar, porque lo veían, porque se sentía el cambio en el aire, porque ese hombre hizo todo lo que dijo que haría, y entonces confiaron. Esa esperanza que sus padres y abuelos habían perdido ellos la recuperaron.

¿De verdad piensan que estamos igual que en el 2001? POR FAVOR, no sean necios, orgullosos y vean que cambio mucho todo; definitivamente no estamos como hace 11 años, con miedo de no saber qué rumbo iba a seguir el país, con el miedo de la represión, con el miedo de sentir que no ibas a poder sostener un futuro digno para tu familia.

Yo no quiero un país donde Moyano diga que ellos están a favor de los trabajadores y cuando convocan a un paro nacional, y al darse cuenta que nadie lo sigue, él y sus lacayos cortan todo tipo de acceso y generan temor en los trabajadores que realmente se rompen el alma trabajando todos los días, intentando aportar algo por el país en el que nacieron y confían. Cansada de escuchar sus amenazas estoy. ¿Quién se piensa que es?

Y sí, todos estos sucesos que se están viendo me juego que son obra de él y de su gran amigo, ahora, Clarín, y de la Sociedad Rural que sienten que pierden cada vez más poder y como no saben qué hacer siguen haciendo lo que mejor les salio siempre que es generar temor, desconfianza y apoyar a todo aquel que les va a ayudar a mejorar su bolsillo. Sea quién sea, a costa de cualquier cosa. Sí, como hicieron hace 36 años apoyando un golpe de estado que termino con 30.000 desaparecidos.

Pero las Grandes Luchas sobreviven, y al final el malo a pesar de todo, siempre termina perdiendo. Sí, estoy convencida de que como decimos. EL AMOR VENCE AL ODIO. Vence en cada conquista social y seguirá venciendo mientras estemos Unidos.

Como algún día yo abrí los ojos, confío que mucha gente también los abra. Mejor tarde que nunca. Porque por este camino que vamos es por el que se va a lograr todo lo que aún falta por hacer.

Por favor, no retrocedamos… por nosotros, por los que ya no están y por todos los que van a venir.

Tatiana Aimé Michelena


sábado, 22 de diciembre de 2012


Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

Sanar

https://youtu.be/rTPcamcDhds

Las lágrimas van al cielo
Y vuelven a tus ojos desde el mar
El tiempo se va, se va y no vuelve
Y tu corazón va a sanar
Va a sanar
Va a sanar
La tierra parece estar quieta
Y el sol parece girar,
Y aunque parezca mentira
Tu corazón va a sanar 
Va a sanar
Va a sanar
Y va a volver a quebrarse
Mientras le toque pulsar
Y nadie sabe por qué un día el amor nace
Ni sabe nadie por qué muere el amor un día
Es que nadie nace sabiendo, nace sabiendo
Que morir, también es ley de vida.
Así como cuando enfríe
Van a volver a pasar
Los pájaros, en bandadas,
Tu corazón va a sanar
Va a sanar
Va a sanar
Y volverás a esperanzarte
Y luego a desesperar
Y cuando menos lo esperes
Tu corazón va a sanar 
Va a sanar
Va a sanar
Y va a volver a quebrarse
Mientras le toque pulsar


Jorge Drexler - Sanar


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Carta de despedida: Título: Perdón

Hoy es un día de esos en los que mejor estar acompañada que sola. Normalmente cuando estoy mal me encierro pero hoy es especial. Hoy necesite buscar a la personita más hermosa y especial que hace casi siete años llego a mi vida. Y hoy es la primera vez que escribo sobre mí. Tal vez la única; perdonen pero necesito descargarme.

Es bueno saber que uno cuenta con esas personas que dicen que van a estar y después eso es cierto. Y es bueno descubrir que hay otros nuevos amigos que te bancan.

Realmente te voy a extrañar y ojala sea lo mejor para los dos. Te quise y te seguiré queriendo, SIEMPRE. No sé que estará mal en mi, pero seguiré adelante y si la vida nos vuelve a encontrar que sea de la mejor manera. No se si juntos o por separado, pero felices al fin.

Va a costar seguir pero no es la primera vez que tuve que terminar algo que no quiero. El saberte lejos me duele, pero ya antes también me dolía ver que te alejabas y no podía hacer nada; una inútil realmente me sentía.

Ojala olvidarte, mejor dicho superarte, sea tan fácil como fue quererte, y debo confesarte que hasta enamorarme de vos fue fácil, aunque nunca te lo haya dicho.

Esta es mi despedida. Sí, repito, voy a extrañar todo de vos, tus besos, tus abrazos, tus caricias, el hacerte el amor, el sentirme tuya en todo momento. Gracias por dejarme soñar, por intentarlo aunque sea. Aunque no haya sido suficiente todo lo que hice, gracias.

Y perdón, perdón por no poder ser lo correcto en tu vida.

Fuiste lo más hermoso de mi año.

Fuiste... ¿por qué ya no lo sos?

No lo se.

Te quiero.

Perdón.

Tatiana Aimé Michelena


martes, 18 de diciembre de 2012



Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

...

Durante diez minutos María se quedó parada.

¿Hace falta terminar algo con alguien diciéndolo con palabras? Tal vez sea necesario para largar toda la angustia, pero NO, no hace falta.
Eso se respondió María a sí misma mirándose al espejo.
Es más, te voy a decir algo – se dijo enojada – y no te rías, pero hace tiempo escuche en una serie de televisión la descripción exacta de esto que estamos sintiendo. La protagonista describía ese instante en el que miras al otro a los ojos y te das cuenta que no quiere saber más nada con vos, que todo esta terminado. Y vos y yo conocemos esa mirada. Nunca nos dejaron, con palabras, pero fuimos nosotras las que con dolor pusimos en palabras lo que el otro no se animaba. Y ya sé, ahora no tenés más fuerzas, no sabes de dónde sacarlas. No…no llores. Acordate…siempre estuve para sostenerte y esta vez va a ser lo mismo. Pero ahora necesito que me prometas algo, porque sé que me querés. ¿Vas a aprender esta vez? ¿Te vas a hacer respetar la próxima? No te pido que no te enamores más, solo que te cuides y te quieras más.

María abrió la canilla, se lavó las manos. Apoyo los brazos en la pileta, respiro hondo con la cabeza colgando mientras seguía corriendo el agua. Una última lágrima se mezcló con el agua. Se lavó la cara, se secó con una toalla. Y mirándose en el espejo dijo: Te lo prometo.

Tatiana Aimé Michelena


lunes, 3 de diciembre de 2012


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¿Fue un sueño?

martes, 27 de noviembre de 2012


Y un día resulto ser que se dio cuenta que estaba sola, que siempre lo estuvo, que todo fue un hermoso espejismo. Ya no podía confiar en nadie. Le dolían hasta los huesos. Y lo único que quedaba era llorar hasta que las lágrimas limpiaran todo el dolor de los huesos.
En un sueño…

Imaginó verde, árboles. Soñó. Se convenció que nada sucedió, nunca. Ni siquiera cuatro veces. De lo único que no pudo convencerse fue que no existía, porque ahí iba a estar siempre. Pero todo lo que vivió con él fue su imaginación; nunca lo besó, nunca lo abrazó, nunca le susurró nada al oído, nunca hizo el amor con él, nunca lo extrañó, nunca lo tuvo a su lado durmiendo, nunca cenaron juntos, nunca nada.
Todo un sueño…

Cantó, escuchó. Pensó qué iba a hacer. Nada se le ocurrió. ¿Esperar? Tal vez, era una posibilidad. ¿Seguir? Y cómo se hace eso. Sí, lo sabía, ya lo había hecho. En otros sueños, porque siempre le pasó, siempre fue igual.
Solo un sueño…

Tatiana Aimé Michelena


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"Deudas..."

sábado, 26 de mayo de 2012


Los veo, ella tensa deseando que él se acerque que rompa la distancia. Piensa que necesita probar esos labios, que deje la espera. Espera e imagina qué pasa por su cabeza. Se pregunta si la desea, si la ve atractiva, ella lo necesita. Quiere saberse deseada. Espera.
Él mientras la observa y piensa qué esconde, por qué se abraza tanto las piernas, ¿son los nervios que hacen que no deje de tocarse el pelo? Se anima y le toca la mano, nunca estuvieron tan cerca, pero se alejan rápido. Caminan y ella no tolera más el rechazo, él se acerca  y la mira fijo, ella no entiende qué es eso. Caminan. El frio los abriga. Paran y fuman. Escusa. Callan. Ella piensa en otro, en el barrio, en su corazón. Él la observa fumar. Rompe el hielo, la toma y no le importa lo que los une. La desea. Ella a él también. Se besan y más besan. Se ahogan en besos y se olvidan. Están solos, nadie mira, todo vale. Todo espera. Todo se olvida. Nada, solo ellos y la noche.

Tatiana Aimé Michelena


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Destellos

Todas las mañanas lo mismo. El despertador suena, lo apagan y se dan vuelta. La cama los abriga pero es hora de salir. Otro día rutinario los está esperando. Se bañan, se cambian y salen. No funciona el ascensor. Vuelan por las escaleras. Abren la puerta. San Telmo esta fría. Se dirige a la esquina de Estados Unidos y dobla a la izquierda. Se dirige a la esquina de Estados Unidos y dobla a la derecha. Caminan al café de siempre. Suena un celular, lo atiende. Busca la billetera y se distrae. Se chocan en la puerta del café y por primera vez se observan. Se sonríen. No hay vuelta atrás.
Ya no sería un día más, rutinario como siempre, no. 
Tatiana Aimé Michelena

sábado, 26 de mayo de 2012

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Dante

A pedido del público (??) subo esta pequeña historia que escribí hace mucho en el CBC para Semiología. Espero les guste.


Una mañana desperté y ví que él ya no estaba a mi lado. Todo se volvió confuso, no podía pensar con claridad. Los recuerdos de la noche anterior me abrumaban, me confundían, pero por sobre todo me dolían. No comprendía su comportamiento, ¿por qué se iría sin darme alguna explicación, comportándose tan infantilmente? Decidí calmarme, respirar hondo y pensar con claridad; Dante no podía estar dejándome, largando toda nuestra relación por una simple discusión de pareja. El casamiento me estaba poniendo paranoica, no estaba disfrutando la preparación de un momento tan importante para los dos como era este; el me había propuesto matrimonio así que no debía dudar de sus sentimientos. Definitivamente necesitaba calmarme, contar hasta cien si era necesario y pensar dónde podría estar mi futuro marido. Decidí darme una ducha, cambiarme y desayunar tranquila; era sábado y no debía ir a trabajar por lo tanto disfrutaría de mi fin de semana en casa. El paradero de mi novio me preocupaba bastante pero no debía pensar mal, aunque el no se levantase temprano los fines de semana éste podría haber sido la excepción. Todo no giraba en torno a mi así que Dante seguramente habría salido a comprar algo, a caminar o a dar una vuelta, simplemente para reflexionar un poco lo mal que habíamos terminado la noche pasada. El me amaba y yo a el. Nuestro amor era de esos que no podían explicarse con palabras, solo había que vernos y ya cualquiera podía percibir la entrega incondicional que llevábamos brindándonos desde hacia ya tres años. Todo era muy mágico y hasta a nosotros a veces nos costaba entender de donde salía toda esa química que poseíamos, cómo a primera vista nos habíamos enamorado.
De repente sonó el teléfono. Me tomo por sorpresa ya que mi mente estaba viajando en los recuerdos del pasado. Tomé el teléfono y me quede mirando el número que llamaba para ver si reconocía quién podría ser que estuviera llamando un sábado por la mañana. A los pocos minutos descubrí que era mi hermana. Desde el momento en que dije “Hola” todo fue muy rápido. Ahora sí Dante me había abandonado; un accidente automovilístico me lo había arrebatado de las manos. Todos los hermosos momentos juntos se habían ido junto con el. Ya nada me quedaba, solo un vestido de novia que jamás usaría, una casa vacía que no valía la pena compartirla si no era a su lado.
Tuvo que pasar mucho tiempo y muchas sesiones con mi psicoanalista para poder realizar mi duelo, rearmar mi vida y ponerme a contar la historia que a Dante mas le hubiera gustado que guardase en mi corazón para siempre; la de nuestro sincero y puro amor.


Tatiana Aimé Michelena

domingo, 19 de septiembre de 2010


Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá
Este era mi blog original http://profugosdepromesas.blogspot.com/2010/09/dante


martes, 14 de septiembre de 2010

Miro a través de la ventana. Llueve. Me pierdo en mis recuerdos. Una amiga me pregunta qué hago. A lo lejos una voz, un hombre, retumba; no deseo escucharlo y vuelo. Voy más allá de estas cuatro paredes.
El árbol se agita por el viento malvado que sopla. Tiemblan los vidrios y me estremezco. El sonido me traslada a días en los que prefería callar, no oír; desaparecer. Ser otra. Caminar amarrada a tu cintura sin ningún paraguas que nos proteja solo la dura coraza de nuestro amor.
Y aquí todos callan mientras escuchan. Yo sigo observando como ahí abajo otros caminan, piensan en su amor, corren rápido a su casa, intentan olvidar el dolor, sueñan con un mañana mejor. Después de un día atrajeado solo desean secar las lágrimas que el cielo derramo y besar a quien los espera. Lo mismo espero yo. Llegar, mirarte y saberme viva. Porque estos días pasarán, el césped crecerá, el asfalto secará y mi vida volverá a girar sobre una ruleta de la cual poco sé ni me importa qué sucederá. Solo…



…solo Vivir.
Tatiana Aimé Michelena


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Jugando a ser Penélope







Me veo parada como en una gran plaza donde miles de voces pasan por mi alrededor y yo intento captar una sola voz, tu voz, que me rescate del naufragio. Quizás deba sentarme a esperar pero no tengo ni deseo hacerme el tiempo necesario.
Ahora bien, esto es mentira. Sí, deseo. Te deseo y vos no me ves ahí sentada esperándote, jugando a ser Penélope, envejeciendo, sintiendo el vértigo del tiempo que pasó, que se alejó, que me abandonó y me dejo tirada en el callejón de los corazones rotos.
Y el tiempo vuelve a la realidad. Nada cambió. Vos estás a mi lado mirándome con curiosidad y preguntándome qué sucede, por qué una lágrima se arrastra por mi mejilla. Y yo te quito un beso y una sonrisa; entiendes que todo marcha más que bien, que simplemente me haces feliz.



Tatiana Aimé Michelena





viernes, 10 de septiembre de 2010


Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

Pensando en las miradas invisibles

Me puse a revolver la cartera, que viene a ser como una especie de casa ambulante. Me sorprendí con la cantidad de cosas que llevo por si... Cosas que quizás ni sabía que estaban. Cosas que creí haber visto y no estaban.
Justamente eso que buscaba se ve que lo saque.
Y entre todo ese mundo habia unas postales; sí, postales. Resumen: Ayer fuí a una casa de música y libros, las vi, las agarre y las guarde. Cuestión que una tenía el título de una película que me llamo la atención cuando la vi. "La mirada invisible". No se de qué se trata la peli pero a mi ese título me hizo pensar en las miradas invisibles que todos los días pasan por nuestro lado. Sentí como si todos esos objetos me miraran y supieran lo más íntimo de mi. Como si las hojas del cuaderno donde encribo guardaran los secretos más profundos y fueran las únicas con la mirada permitida.Invisible, porque no se ve, porque no la veo.
Esto puede sonar una locura, pero cuando caminamos también hay miles de miradas invisibles. Miradas que nosotros no vemos, pero ahí estan, que seguro se preguntan por qué nos vemos tristes, o tan alegres, o perdidos, o simplemente en stand by. O también pueden llegar a ser vacias. Yo por momentos soy, me siento, una mirada invisible porque me parece fascinante observar a los otros sin que sepan que los estoy viendo e intentar comprender qué les sucede. Ponerme en su lugar y sentirme parte del otro, aunque sea un completo desconocido.
Quizás sería bueno mirarnos a los ojos más seguido y dejar de ser miradas perdidas en el aire. No mirar vacios. Poder hacernos visibles; dejarnos ser visibles, sin miedo a perder algo, más bien a ganar una sonrisa, un abrazo, un beso, un Te Quiero.
Perder el miedo.
Eso es lo que deseo para el día de hoy y para el mañana; nuestro futuro más cercano y el más posible.

Tatiana Aimé Michelena



jueves, 26 de agosto de 2010

Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

Sumergida

Sucede que de vez en cuando
vuelves a mi vida.
No puedo más que adorarte
aunque debería odiarte, dejarte,
alejarme, perderme… volar.
Ser libre de tu mal
deshacerme del peso que me ata
a las tinieblas de tu amor.

Podría culparte de mi agonía
pero como hacerlo si yo…
Yo ya no se qué rumbo seguir.

Vuelve a brillar ángel,
sacia esta sed, calma el dolor.
Bésame, bésame, destrúyeme,
llévame lejos de aquí
donde aquel hombre que espero me espera
sin saber de mi; sin saber de él,
Buscándonos en la inmensa oscuridad.




Tatiana Aimé Michelena.

Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá


Este era mi blog original http://profugosdepromesas.blogspot.com/2010/08/sumergida.html
He escuchado decir muchas veces que uno siempre vuelve a su primer amor, pero realmente no lo creo ¿Por qué deberíamos hacer eso? O mejor dicho, ¿qué nos impulsaría a hacer eso? Quizás cuando la gente repite esta frase en realidad quiere expresar otra cosa, algo más profundo de lo que a primera vista podemos pensar.


Ella iba a la parada del colectivo después de un largo día de trabajo, como de costumbre. Agobiada por el malestar de la ciudad, divagaba en su mente, pensaba en él, que no la merecía sinceramente, pero ella no podía verlo, se negaba a aceptar la realidad que le tocaba vivir y prefería vivir con la idea de lo que podía llegar a pasar.
Llego el colectivo, ella se subió, saludo al chofer como siempre hacia y fijo su mirada en el suelo, siempre con la cabeza a gachas. Pero por esas cosas de la vida, como si tuviera un hilo atado a su cabeza, la alzo y se encontró con un extraño de ojos profundamente negros. Él al principio no se dio cuenta y ella quiso esquivar su mirada cuando él se fijo en ella, pero no pudo, era como si dos imanes se atrajeran y resultaba imposible separarlos. Por su cabeza lo primero que paso fue aquel hombre al cual ella deseaba tanto pero como si nunca hubiera existido acepto que ese no era su destino. Aquel extraño de ojos negros frunció el seño al ver como el rostro de la joven cambiaba; él deseaba acercarse a ella y amarrar a su cintura la vida entera, entregársela por completo y para siempre. Y por esas cosas que el amor no pude explicar los dos callaron y, a pesar de que estaban uno al lado del otro no pudieron expresar sus sentimientos, que eran los mismos.
Y si ¿dos extraños en un colectivo diciéndose que se amaban sin comprender la razón? No, eso no pasa en la vida real, ellos debían despertar…
Continuaron el viaje en silencio, se bajaron y su día siguió.
Él no podía borrar de su mente a aquella extraña por la cual su vida había cobrado sentido, todos aquellos años de soledad y martirio podrían olvidarse fácilmente con ella a su lado. Sentía la necesidad de protegerla, simplemente de cuidarla y por eso decidió tomar todos los días el colectivo en el mismo lugar donde ella lo había hecho; algún día debería encontrarla. Sabía cómo pasar desapercibido, tenía años de experiencia.
Y así fue, día tras día, espero y espero. No se daba por vencido, sabia que ella lo estaba necesitando. Veía reflejado en el futuro su vida junto a esa mujer.
Tanto esperar, una tarde sintió su aroma. Si, ella estaba cerca y después de tanto tiempo podría volver a verla. Noto algo distinto, percibió que no todo era igual que aquella primera vez, y estaba en lo cierto; ella sonreía tomada de la mano de un hombre al cual el conocía perfectamente. No soportaba aquello. Un corazón que no existía se rompía. Se consolaba pensando que ella era feliz, pero aunque eso quisiera sabía muy bien que aquel “hombre” que la acompañaba no podía causarle más que dolor.
Intento alejarse de allí pero como si miles de alambres lo atasen al suelo no pudo moverse; y ella que miraba con adoración a aquel otro hombre, sintió la necesidad de alejarse de él, de olvidarlo, sacarlo de su vida como esa tarde en la cual había visto al extraño del colectivo. Soltó su mano, se dio vuelta y se encontraron. El la miro, le sonrió y le dijo:
- Perdón por llegar tan tarde.
Ella vio que aquello era la razón de su existencia y sin dudarlo le dijo:
- Hace tiempo espero tu llegada.


Tatiana Aimé Michelena


lunes, 23 de agosto de 2010


Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá

"Surge una nueva forma de gorilismo en la era de los K"

Laura Di Marco
Para LA NACION
"Ha surgido un nuevo gorilismo en la era de los K, que consiste en rechazar todo lo que hace este gobierno por considerarlo contaminado y sospechoso. Se trata de un odio irracional, que no se toma el trabajo de analizar cada medida en particular ni de comparar honestamente a esta administración con las anteriores", dice el escritor Guillermo Martínez, uno de los narradores argentinos más traducidos en el mundo. Martínez, que además de escritor es matemático, considera a los Kirchner "la máxima izquierda que puede tolerar la sociedad argentina", aunque aclara que no se siente kirchnerista.
"Como hombre con militancia en la izquierda, reconozco que este gobierno hizo muchas de las cosas que haría un gobierno socialista, pero las alianzas que tuvo que trabar para poder sostenerse en el poder me parecen repudiables y hacen que yo no pueda sentir identificación", explica.
Hace casi un año, uno de sus relatos, "Infierno grande", fue publicado en la prestigiosa revista estadounidense The New Yorker. Martínez se convirtió, así, en el segundo autor nacional, después de Jorge Luis Borges, en lograr ese privilegio.
Se crió políticamente en el PC, más precisamente en la Federación Juvenil Comunista, y en los años 80, tuvo militancia gremial y política. "Cuando hacía política buscaba cambiar el mundo, pero no logré cambiar ni al consorcio donde vivía", ironiza.
Martínez afirma que los ciudadanos comunes tienen la tendencia a creer en las teorías del complot, porque ese mecanismo contribuye a elevarles la autoestima. Dice: "La gente tiende a descreer de las explicaciones más sencillas y lógicas y, en cambio, cree con facilidad en historias de poderes ocultos que conspiran para producirlos. Esa creencia genera la sensación de que uno es un iluminado y no un ingenuo, como todos los que «compran» la versión oficial. Por eso digo que es un mecanismo que está al servicio de elevar la autoestima. Aunque, ojo, a veces los paranoicos tienen razón. Es obvio que las logias existen, pero de ahí a suponer que todo lo publicado es falso hay un trecho largo".
-¿Será por eso que tienen tanto éxito los libros de historia que supuestamente muestran la trama oculta de las versiones políticamente correctas? -Por supuesto que sí. A la gente le encanta cuando le cuentan que el hombre, en verdad, no llegó a la Luna, o que las Torres Gemelas en realidad cayeron por un autoatentado perpetrado por el FBI.
-¿El momento actual hace que se interese más o menos por la política?
-La política me interesó siempre. Como socialista, observé el surgimiento de este gobierno con escepticismo, pero poco después me sorprendió empezar a tener cierta esperanza. Por ejemplo, cuando se reabrieron los juicios a los militares, que ya nadie pedía; cuando tranquilizaron el desborde social sin matar a nadie y, sobre todo, cuando rompieron el discurso único en el manejo de la economía y dejamos de tener un monitoreo constante sobre nuestros asuntos.
-¿Por qué cree que existe tanto rechazo hacia el kirchnerismo, sobre todo en la clase media?
-Porque la clase media argentina -a diferencia de las clases medias en otros países donde he vivido, como Gran Bretaña o Estados Unidos- es muy ostentosa y sólo se solidariza con las clases más bajas cuando le va mal. ¿Te acordás cuando, en 2001, golpeaban cacerolas? Entonces, en el declive, es cuando la clase media está de acuerdo con un gobierno que impulsa el aumento de los impuestos o el blanqueo de la empleada doméstica. Pero esa alianza se rompe cuando las franjas medias empiezan a mejorar y entonces ya no están tan de acuerdo con los impuestos, porque tocan su bolsillo. Ese fenómeno encarna el nuevo gorilismo que vemos hoy.
-¿En qué consistiría ese neogorilismo del que habla? -Es un odio irracional a cualquier cosa que haga este gobierno, sin tomarse el trabajo de pensar honestamente si la medida es buena o mala para ellos. O de comparar esas medidas con las administraciones anteriores, que no fueron mejores. Los brotes de felicidad que produjo la enfermedad de Kirchner fueron otro indicador. Lo más elocuente de este gorilismo es que cuando la clase media comienza a mejorar también empieza a mimetizarse con los valores de la clase alta.
-Pero ¿no es este gobierno el que basa su modelo en el aumento del consumo y mide sus logros en función de la cantidad de autos o de electrodomésticos vendidos? -Sí, claro. Pero habría que recalcar que existe otro sector de la clase media que se enrola en la educación, en los deportes o en las ciencias, que está más volcado a la cultura y que no necesita consumir tanto. Por otra parte, el Gobierno también debería tomar en cuenta los consumos culturales para medir logros, en lugar de deprimirse porque no rompimos un récord de venta de autos. Es curioso observar lo que sucede con los autos y el tránsito en la Argentina, porque son reveladores de nuestra cultura política. Estar al volante es administrar un pequeño poder, que pone a prueba la autolimitación. Y por la forma en que se maneja, es obvio que eso no ocurre. Cómo manejan resume quiénes son los argentinos.
-¿Y la autolimitación no implica, también, renunciar a comprar dos millones de dólares cuando se tiene información privilegiada, precisamente por estar en el poder?
-Desde luego. Por eso siempre creí que haber nombrado la Corte que tenemos fue un momento de iluminación, en el que sí hubo una autolimitación. Fue un milagro.
-Usted señala los vicios de la clase media, pero el escaso apego de los Kirchner a la autolimitación, o sus alianzas dudosas, también socavaron sus lazos con las clases medias urbanas. -El problema es muy difícil desde la ética política. Es probable que, para poder sostenerse en el poder en la Argentina un gobierno necesite hacer cosas repudiables: aliarse con intendentes impresentables, sindicalistas que chantajean, capitalistas amigos o con ciertos medios que ahora son enemigos, pero que antes eran amigos...
-Usted dice que los K son la máxima izquierda tolerable en la Argentina. ¿Y a Pino Solanas dónde lo ubica, entonces?
-Pino no podría hacer nada. No tendría la fuerza para barrer con viejas estructuras, ni tampoco para enfrentar factores de poder.
-¿Y Pepe Mujica no le gusta?
-Creo que a los gobernantes hay que juzgarlos por sus actos de gobierno. Y no me dio la sensación de que el Frente Amplio pueda considerarse de izquierda, ni tampoco Lula.

Como me robaron el blog que tenía vuelvo a publicar todo lo que alguna vez escribí en mi juventud acá


Este era mi blog original http://profugosdepromesas.blogspot.com/2010/04/surge-una-nueva-forma-de-gorilismo-en.html

"El amor no sabe de tiempo - parte II"

Continuando con esta historia  http://profugosdepromesas.blogspot.com.ar/2012/12/el-amor-no-sabe-de-tiempos.html  aca va la segunda parte. ...